Julieta - Silencio

Cuando Julieta está a punto de abandonar Madrid para irse a vivir a Portugal, se encuentra por casualidad con Bea, una antigua amiga de su hija Antía, de la que no sabe nada desde hace años. Bea le cuenta que vio a Antía en el lago Como, en Suiza, y que ahora tiene 3 hijos. Aturdida entonces por tener algo de información después de tanto tiempo de su hija, Julieta decide cancelar su viaje a Portugal, volver a alojarse en la casa que compartieron juntas, y poner por escrito todo lo sucedido en la vida de su hija, desde el día en que conoció a su padre, Xoan, durante un viaje en tren.

Pedro Almodóvar después de haber realizado una película tan menor en su filmografía como 'Los amantes pasajeros', vuelve al drama de mujeres con una película mucho más seria y consistente que aquella. Los que lo acusaron de haberse quedado estancado, no podían estar más equivocados, ya que aquí, el manchego, con un estilo renovado pero fiel a sí mismo, vuelve a regalarnos una lección magistral de cómo se debe contar un melodrama. Un género arriesgado, en el que es muy fácil caer en tópicos o en comedia indeseada y en el cual muy pocos directores saben defenderse tan bien como él. 'Julieta' es probablemente la película más madura y más contenida que ha rodado, pero igual de personal que cualquiera de sus anteriores trabajos. 
En esta ocasión, y basándose en tres relatos de Alice Munro, Almodóvar nos habla del dolor, de la pérdida y ausencia de nuestros seres queridos. La película es un intenso viaje emocional narrado por medio de flashbacks, que funciona gracias a una protagonista tan compleja como carismática interpretada en su juventud por Adriana Ugarte y en su madurez por Emma Suárez. El riesgo de no compenetrarse bien y de que cada una entendiera a Julieta de manera diferente era grande, y sin embargo, ambas parecen haber captado a la perfección los matices de su personaje haciendo totalmente creíble el cambio de actriz durante la película. Suárez carga con la parte más dramática mientras que la interpretación de Ugarte es más luminosa y viva. Ambas están extraordinarias. Imprescindible destacar el momento en el que se relevan, resuelto de forma tan sutil como inteligente, creando una dura y a la vez bella metáfora sobre el paso del tiempo. El resto del reparto también resulta muy acertado. Rossy De Palma está estupenda en un papel breve pero sorprendente; e Inma Cuesta, Daniel Grao y Darío Grandinetti también son grandes secundarios. 

La cámara de Almodóvar se mueve con delicadeza, aportando imágenes y secuencias muy bellas realzadas por el extraordinario uso del color y de la luz. Las decisiones de dirección, son en su mayoría inteligentes, ingeniosas e incluso sorprendentes (cierta escena de sexo en un tren) y nos recuerda el talento de uno de los mejores y más innovadores directores españoles que nos ha dado el cine. La música de Alberto Iglesias ayuda a realzar las imágenes y a transmitirnos emociones y sentimientos de la forma más elegante posible. 
'Julieta' es una película  sobre el silencio y sobre las heridas que son causadas por él. Es un trabajo profundamente doloroso, triste y difícil de olvidar, y desde ya, una de las películas imprescindibles en la filmografía del gran Pedro Almodóvar.
7/10

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