Francofonia - Sopor en el Louvre

Francofonia cuenta la historia de dos hombre extraordinarios, el director del Louvre Jacques Jaujard y el oficial de la ocupación nazi, el Conde Franziskus Wolff-Metternich -enemigos y después colaboradores- cuya alianza sería fundamental para salvar los tesoros del museo. La película explora la relación entre el arte y el poder, el museo del Louvre como ejemplo vivo de la civilización, y lo que el arte nos dice de nosotros mismos a pesar de estar sumidos en no de los conflictos más sangrientos de la historia. 

Alexander Sokurov, director de la aclamada 'El arca rusa' (primera película rodada íntegramente en un plano secuencia), vuelve tras ganar el León de Oro en el Festival de Venecia por 'Fausto' con este acercamiento a la Segunda Guerra Mundial. Como no podría ser de otra manera en su autor, lo hace a través del arte, contándonos la relación profesional entre dos hombres que deciden colaborar para preservar el museo del Louvre a principios de los años 40. 
Es innegable que la historia es apasionante, y que Sokurov la cuenta con cierta ironía y de una manera sentida y personal. Pero también es cierto que su narrativa me resulta soporífera y que a los diez minutos yo ya he perdido totalmente el interés y que en lo único que pienso es en que termine cuanto antes. 
Supongo que los admiradores del director ruso no se sentirán decepcionados con esta película-ensayo, pero para el resto de mortales puede ser una experiencia bastante dura de soportar. A pesar de su breve duración de a penas una hora y media, Francofonia parece no tener fin. Multitud de imágenes de archivo, en diferentes formatos y calidades de imagen se mezclan con la ficción a la vez que una voz en off nos va narrando los acontecimientos aportando además datos sobre la situación de la época y sobre la importancia de preservar el arte y de los museos como parte fundamental en la historia de la civilización. Realmente lo que se dice es interesante y sabio, pero el cómo es sencillamente insoportable.
 
Esta nueva película de Sokurov es uno de los somníferos más potentes que existen, y yo pese a haber dormido perfectamente la noche anterior, estuve a punto de caer en sus efectos durante el pase de prensa a las 12 de la mañana. Luché por mantenerme despierto, y pese a que no fue en absoluto fácil, llegué hasta la palabra "Fin" sin dar ninguna cabezada. 
Yo no soy nadie para negar el valor cinematográfico de esta película, y no lo haré, ya que a buen seguro, lo tendrá. Solamente quería exponer en esta crítica lo difícil que resultó para mí aguantarla. No creo que nos encontremos ante una mala película, ni mucho menos, pero simplemente no está hecha para mí (de hecho sospecho que serán muy pocos los que sean capaces de disfrutarla) o yo no he estado a la altura de lo que se me exigía como espectador. En resumidas cuentas, Francofonia - y disculpadme por la vulgaridad-, es un coñazo.
3/10

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