Verano en Brooklyn (Little Men) - Boceto

Dos chicos de orígenes distintos conviven y se hacen amigos en un edificio de Brooklyn, pero su amistad se pondrá a prueba cuando sus respectivas familias se enfrenten por el arrendamiento de una tienda.

Ira Sachs, tras su paso por el Festival de Sundance, presentó en la sección Perlas en la pasada edición del Festival de San Sebastián su último trabajo 'Little Men'. En él, explora la amistad entre dos preadolescentes, y en cómo los problemas de los adultos pueden llegar a influir en ella. Como en todas sus películas, aquí tampoco cuenta con un gran presupuesto. Se trata de un proyecto pequeño, en el que lo que esencialmente importa son los sentimientos y las emociones de los personajes. Sachs, se rodea de un reparto de caras conocidas en el cine independiente como Greg Kinnear, Jennifer Ehle o Alfred Molina, pero quienes realmente destacan muy por encima de estos son Theo Taplitz y Michael Barbieri, los dos niños protagonistas. 
Sachs, elabora con delicadeza y sensibilidad el mundo de estos chavales, pero da la impresión de que no llega a sacar todo lo que podría. Se echan en falta más momentos de ellos solos, sin los problemas de los padres acechándolos, más desarrollo en su trama. Funcionan mucho mejor las partes en las que son los niños los protagonistas, que cuando aborda los problemas financieros de los adultos. Sobre todo, porque estos personajes están peor construidos que los de los pequeños. Cada línea de diálogo que tiene la madre interpretada por Paulina García es para generar conflicto, lo cual a menudo resulta forzado.


Hacia el final, las intenciones de la película son muy claras: ser una radiografía del paso del tiempo; la vida sigue, las cosas cambian y no podemos hacer nada por evitarlo. Sin embargo, lo que durante más de una hora había estado desarrollando minuciosamente, en cuestión de diez minutos, termina de forma abrupta, sin saber muy bien por qué ha decidido Sachs concluir en ese punto la película. 'Little Men' necesitaba un tratamiento mucho menos esquemático, ya que se queda completamente a medias. La supuesta humanidad que desprendía, queda congelada con ese torpe y precipitado tramo final. Ira Sachs no logra terminar el dibujo, y su película termina siendo un simple boceto, que en la escuela de arte LaGuardia a la que tanto deseaban ir los protagonistas, no hubieran aceptado.

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