El niño y la bestia - Aprendizaje

Kyuta es un niño solitario que vive en Tokio, y Kumatetsu es una criatura sobrenatural aislada en un mundo fantástico. Un día, el niño cruza la frontera al otro mundo y entabla amistad con Kumatetsu, que se convierte en su amigo y guía espiritual. Este encuentro les llevará a vivir multitud de aventuras.

El cine de animación japonés puede presumir de que siempre ha estado a un nivel altísimo. Y muy especialmente a partir de los años 80, con la creación del Studio Ghibli o de películas tan relevantes como 'Akira' o las de Satoshi Kon. A finales de los 90, un animador llamado Mamoru Hosoda fue el encargado de dirigir algunos proyectos relacionados con la saga 'Digimon' y otro de la famosa serie 'One Piece'. No fue hasta 2006 cuando dirigió su primera película propia con el estudio MADHOUSE, 'La chica que saltaba a través del tiempo', con la que merecidamente se hizo un hueco entre los directores de animación más interesantes a tener en cuenta. Sus obras posteriores como 'Summer Wars', 'Los niños lobo' o 'El niño y a bestia' son una buena muestra de ello. 
Su última película se trata de una fábula que reincide en los valores de la amistad, del amor y de la familia. Un viaje de aprendizaje, en el que se pueden apreciar referencias a obras maestras como 'El viaje de Chihiro', pero sin perder ni un ápice de la personalidad característica de las obras del autor. Probablemente a nivel visual, Hosoda nunca había llegado a la calidad que se expone en 'El niño y la bestia'. Posee algunas de las secuencias más elaboradas técnica y artísticamente que se han visto en el cine de animación en mucho tiempo. Desde el primer minuto de película, nos asalta una catarata de imágenes bellísimas a la que es difícil resistirse. Y aunque lo que se nos está contando no sea lo más original del mundo, los recursos narrativos usados son tan ágiles como eficaces.

Llama la atención la representación del mundo en el que habitan las bestias, que se presenta con los valores más tradicionales, y contrasta directamente con el mundo habitado por los humanos, plagado de gente, de luces, de coches... totalmente industrializado.
Una vez más en el cine de Hosoda, el tiempo vuelve a ser uno de los protagonistas de la historia. Ya no solo el paso del tiempo, que será algo que afecte totalmente en la cinta a la hora de contar la historia, ya que poco a poco, el metraje se mimetiza con la personalidad del protagonista y se vuelve más madura; sino los saltos temporales de un mundo a otro, y el caos que supone formar parte de dos lugares completamente distintos, el no encontrar tu lugar en el mundo. 
Hosoda ha creado una obra intimista y sensible, pero a la vez entretenida y divertida. Apta tanto para adultos como para los más pequeños, aunque quizá la disfruten más aquellos que están familiarizados con la animación japonesa y con la visión que tienen contando historias. De lo que no queda duda es que estamos ante uno de los grandes animadores en activo. Un director que ya ha demostrado de sobra su talento en varias ocasiones y que aquí vuelve a hacerlo. Hay pocas películas infantiles tan inteligentes, vivas y potentes como 'El niño y la bestia'. Muy recomendable.
7/10

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