La Venganza de Jane - En paz con el pasado

La joven Jane está casada con uno de los tipos más peligrosos del Oeste. Un día su marido regresa a casa con 8 heridas de bala. La banda del cruel Bishop lo ha acribillado. Sobrevive, pero sabe que es cuestión de tiempo que Bishop y sus chicos vengan a rematar la faena. Jane decidirá no esperar a que venga e ir directamente a por ellos. Con la ayuda de un enemigo acérrimo de su marido, un hombre enamorado de ella, Jane irá a enfrentarse la banda de delincuentes.


Gavin O' Connor vuelve a las salas españolas con 'La Venganza de Jane' ('Jane Got A Gun' en su versión original) después de 'Cuestión de Honor' (2008) y 'El Milagro' (2004), teniendo también aún pendiente de estreno 'The Accountant', prevista para el 21 de octubre de este mismo año. El western de O' Connor se suma a la nueva ola de películas estrenadas en los últimos años dispuestos a revitalizar el género (junto con 'The Salvation', 'Slow West' o 'The Homesman', entre otras), renovando y dando una vuelta de tuerca a las habituales tramas y personajes de los westerns clásicos, y que cuenta con la participación de Natalie PortmanJoel Edgerton e Ewan McGregor. La cinta se rodó en 2013 (tras innumerables variaciones en el casting, entre los que se llegaron a encontrar Michael Fassbender, Jude Law y Bradley Cooper) con un presupuesto estimado de 25 millones de dólares, y tras varios años posponiendo su estreno, llegó a las pantallas americanas a finales de enero de este año, donde apenas aguantó un par de semanas, debido a su estrepitoso fracaso de audiencia.

El film, a pesar de no tratarse de una obra especialmente destacable del género, cumple como una interesante y sencilla (a pesar de su presupuesto) película de entretenimiento. Prácticamente desde el minuto 1, la acción está en marcha en la película, y a los protagonistas no les lleva más que un 24 horas (resumidas en la hora y cuarenta minutos que dura la cinta) saldar la venganza que se plantea al principio y saldar las deudas con el pasado común de todos los personajes. Y es que si hay algo que importa a fin de cuentas de la película, es la vuelta al presente de ese pasado, cómo los personajes se relacionan entre ellos por lo ocurrido años atrás y las consecuencias que todo ello tendrá, por encima de la superficial historia de venganza que la película vende. De hecho, los momentos de acción puramente dichos son escasos y breves, aunque también intensos.



Debido a que la acción se desarrolla como hemos dicho únicamente en 24 horas y el pasado juega especial importancia, un recurso abundante e inevitable son los flash-backs que nos ponen en situación de por qué los personajes se encuentran donde están y que nos narran las relaciones entre ellos y el contexto en el que estas ocurren. El director recurre también en muchas ocasiones al uso de puntos de vista y a los juegos con el enfoque y el fuera de campo en sus planos, para emular las sensaciones de los personajes. En lo que a las interpretaciones respecta, tanto Natalie Portman y Joel Edgerton como el en ocasiones irreconocible Ewan McGregor en el papel del villano cumplen satisfactoriamente con las expectativas, convirtiéndose en uno de los aspectos más interesantes del film.

En resumen, se trata de una película que no ha sabido venderse como lo que es: un drama ambientado en la América del siglo XIX, y con su consecuente estética de western. La trama de la venganza no sirve más que para hilar las conexiones de los personajes con su pasado y las heridas que en él quedaron abiertas, y el principal interés de la película se halla en el conflicto interno de la protagonista, en los dos hombres , su pasado y su presente. Quienes pretendan encontrar una cinta llena de acción y venganza saldrán sin duda decepcionados de la sala.

7/10

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