El elegido - Juego de identidades

España, 1937. Un joven oficial republicano llamado Ramón Mercader es reclutado por el servicio de espionaje soviético para participar en una misión de alto secreto ordenada por el propio Stalin: asesinar a León Trotsky, a quien considera un traidor. Tras prepararse en Rusia, Ramón deja su vida y viaja a París bajo una nueva identidad, la de un belga adinerado llamado Jacques Mornard. Allí conoce a Sylvia, una joven trotskista, quien no tardará en ser seducida por Jacques. En 1940 se reencuentran en México, país en el que Trotsky vive exiliado. Ramón dice refugiarse de la Guerra que asola Europa y Sylvia trabaja como secretaria de Trotsky. Ajena a los verdaderos planes de su amado, Sylvia le abre las puertas de su vida y le introduce en el círculo íntimo de su objetivo.



'El elegido' es el octavo largometraje del realizador Antonio Chavarrías, en el cual narra la interesante historia que hay tras el asesinato de Trotsky. Se trata de una producción realmente ambiciosa. La acción sucede en España, Francia y México, y cuenta con un reparto tanto nacional como internacional. Sin embargo, a pesar de que es una película con un presupuesto más bien elevado (o por lo menos, mucho más que la mayoría de películas españolas) desconcierta el poco realismo que desprende desde el primer minuto de metraje. Todo parece de cartón-piedra, los decorados se nota que son decorados, los diálogos no aportan verosimilitud, y sobre todo, siempre sientes que hay alguien detrás de las cámaras. No hay naturalidad en la manera que está realizada, y ese es su principal lastre. Tampoco ayudan unas interpretaciones nada inspiradas pese a contar con actores y actrices de renombre como Hannah Murray. 


Lo más alarmante, es la sensación de acartonamiento general que transmite la propuesta, que no deja paso a que la historia llegue a resultar interesante en ningún momento (aunque históricamente, lo es). Durante el principio de la película, genera total indiferencia, pero eso cambia cuando empieza a alargarse innecesariamente y cuando los tópicos de los telefilms de espionaje no dejan de abordarte. A partir de ahí, la indiferencia se convierte en sopor, y te preguntas qué has hecho mal para tener que acompañar a estos personajes tan planos, carentes de fuerza y carisma durante dos horas. 
Claramente, lo que más destaca es la producción, en la que se nota que hay esfuerzo por sacar la película adelante. Sin embargo, no sirve de nada cuando está todo al servicio de un guion tan pobre y de una realización chapucera. Y da rabia que con un episodio histórico tan interesante, haya salido algo tan desganado y aburrido. 
3/10

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